jueves, 10 de septiembre de 2015

Escapar

"El planeta siguiente estaba habitado por un bebedor. Fue una visita muy corta, pues hundió al principito en una gran melancolía.
-¿Qué haces ahí? -preguntó al bebedor que estaba sentado en silencio ante un sinnúmero de botellas vacías y otras tantas botellas llenas.
-¡Bebo! -respondió el bebedor con tono lúgubre.
-¿Por qué bebes? -volvió a preguntar el principito.
-Para olvidar.
-¿Para olvidar qué? -inquirió el principito ya compadecido.
-Para olvidar que siento vergüenza -confesó el bebedor bajando la cabeza.
-¿Vergüenza de qué? -se informó el principito deseoso de ayudarle.
-¡Vergüenza de beber! -concluyó el bebedor, que se encerró nueva y definitivamente en el silencio.
Y el principito, perplejo, se marchó."
Escapar de la realidad es una actividad que necesitamos. Evadirnos es una necesidad frente a la rutina. La pregunta que deberíamos hacernos es el cómo.

"No ahogo penas en alcohol, porque este me mataría a mí, y no a ellas" Rasstar
Aquí os dejo un vídeo, que transmite a su manera, lo que quiero decir aquí:

 

"Yo escribo para soportar el día a día" Toni Mejías
Escribir, como forma de evasión, como vía de escape para tus pensamientos, para tus ideas, para tus penas, para tus enfados, etc. Eligiendo si en privado o en público, para ti, para el resto, o, para alguien. Quemando lo escrito para que desaparezca o colgándolo en la pared de nuestro cuarto para no olvidarlo jamás. O simplemente dejarlo en el interior de unas páginas cubiertas por tapas blandas o duras, dejarlo allí, vivo pero oculto.

Pero no dentro, ni de nuestra alma, ni de nuestra botella.

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